Desde que el otro día un demente armado asesinó a 32 personas en un Campus universitario vuelve a abrirse un tímido debate en EEUU sobre la conveniencia de cambiar la segunda enmienda de la Constitución que permite tener armas a los ciudadanos para defenderse, claro que si no le hubiese sido tan fácil comprar dos pistolas, como comprar caramelos, quizás el demente hubiese tenido más problemas para matar a tantos, en algunos estados incluso está permitido llevarlas encima, que es lo que dicen algunos en ese debate, si habrían podido llevar armas las víctimas, hubiesen podido defenderse, demostrando con este pensamiento que no les importa construir un escenario parecido al que se vivía en los tiempos del Oeste, así podría la industria cinematográfica de Hollyvood levantar cabeza y sustituir aquel genero de pistoleros, ya caduco, por otro que puede dar mucho dinero, imaginense, títulos como, "Solo ante el peligro", que trataría sobre la vicisitudes de un maestro con su trabuco jugándose la vida ante sus alumnos de clase en segundo de primaria, o, "El bueno, el gamberro y el becario", sobre como se desarrolla la vida revolver en mano de estos tres tipos de escolares, el empollón que se lleva la peor parte, el repetidor compulsivo que va para atracador de bancos y el recien venido de un pueblo de Alabama con su beca en la mano, otro de aquellos títulos legendarios podría ser, "El aprobado tenía un precio", sobre la corrupción en las aulas a cargo de una mafia de preescolar que con sus pistolas tienen a todos los profesores acojonados y han montado un sistema parecido a esos que hay en España que puedes comprar el carnet de conducir, aquí se compraría el aprobado, en Hollyvood se están frotando las manos con la idea.
Lo que puedo decir en este debate que me recuerda una anécdota, algo que escuché acompañando una vez a dos amigos jugando al golf, uno de ellos cogia un palo le daba a la bola y se iba donde ella quería, decía que era el palo y lo cambiaba, otra vez le ocurría lo mismo, la bola no estaba compinchado con él, entonces el otro cogió un palo sin mirar y le pego un zurriagazo que mando la bola donde debía de ir la bola, al caer esta y ante la cara de estupefacción del otro le dijo"no es la flecha, es el indio", en esto de las armas puede que pase un poco lo mismo y que a los humanos nos carga el diablo y no a las armas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario