Ayer encontré una señora de unos ochenta años, sentada en el parque y llorando con amargura.
Me acerqué y le pregunté qué le pasaba. Entre gemidos me contestó:
- En casa tengo un marido de veintiocho años. Me hace el amor todas las mañanas. Se levanta y me hace el desayuno con tostadas, fruta y café recién molido. Sorprendida le dije:
- Bueno, y entonces ¿por qué está llorando? Y ella me contestó:
- Para comer me hace sopa casera, y mis galletas favoritas. Para cenar prepara platos gourmet, con vino y todo, y mi postre favorito, luego me hace el amor hasta la madrugada…¡todas las noches!
- Pero, ¿qué tiene eso de malo? ¿por qué llora? Y la señora, con un llanto inconsolable y desesperado me dijo:
- ¡¡¡No meee acueeeeerdo dondeeee vivooooooo!!!
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