Aquí tenemos ya al nuevo año, unos se están recuperando de la noche de juerga que pasaron, otros se dan un respiro, a ellos y a su tarjeta de crédito, hasta mañana, hoy está todo cerrado y, horror, no se puede comprar nada, aunque, siempre nos quedan los chinos, seguro que tienen alguna tienda abierta, a los adictos al amor y la aventura "siempre les quedará París", a los adictos compulsivos irrecuperables del consumo salvaje "siempre les quedarán las tiendas de los chinos", para poder comprar algo.
Yo, en los que pienso más cómo habrán acogido el nuevo año, son los clientes de Air Madrid, hay realidades peores, eso es verdad, por ejemplo, los atrapados en acto terrorista de fin de año, pero la situación de los timados por la compañía aeronáutica no es envidiable, en la mayoría de los casos, personas que no son pudientes, que han ahorrado mucho, y ahora, son timados.
Puede que tengan algo de suerte dentro de la desgracia, pues el PP ha visto otro objetivo claro para desgastar al gobierno y, ha movilizado a toda su vanguardia política en el conflicto, lanzándose a la línea de flotación del Ministerio de Fomento.
El ministerio, que ha tenido que aminorar los daños como ha podido, se exime de toda culpa y aconseja a los afectados de Air Madrid ir a los tribunales, la ministra dice que ellos sólo han hecho los controles que se hacen a todos para mantener la seguridad de los pasajeros. Dice que tolerancia cero con la seguridad y Air Madrid parece ser era una chapuza continua.
En el momento de la inauguración de esta aerolínea Esperanza Aguirre la presentó como un triunfo de la Comunidad de Madrid, ahora la culpa de que cierren es del gobierno central, dicen, y, además nos enteramos que el anterior portavoz del Gobierno Miguel Ángel Rodriguez tiene que ver mucho en el cierre relámpago en Navidad.
Pobre gente esta que ha caído en las redes de estos estafadores que se quieren agarrar a un clavo ardiendo con tal de no pagar los muchos daños que han hecho, seguro que:
Los bancos, para paliar imprevistos, tienen un fondo de garantía que, por lo menos, si no palía, atenúa los efectos nocivos de estos percances, quizás deba de ser el momento de reclamar lo mismo para las compañías de vuelos.
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