Sigo con mi suave preparación física, andando por las mañanas que es cuando me gusta andar, poco a poco cogiendo la forma .
Ayer sábado día 29 por la mañanuca y al amanecer, como dice Mármara, ¡Santo Cristo! qué regalo, el cielo parecía que estaba ardiendo. Llevaba mi cámara, como siempre, y pude captar estos irrepetibles momentos, como se puede ver en las fotos no estaba yo sólo fotografiando, había dos personas más haciendo lo mismo pero mucho más preparados con trípode y todo. Estaba ese señor que está, también como siempre, pescando lo que los demás pierden con su detector de metales, y están, como no, los obreros que limpian la playa, que más que limpiar parece que están recogiendo la yerba para las vacas, una yerba que no se ha sembrado pero que por estas fechas sale todos los días con la subida de la marea. No creo que estén muy contentos los obreros con tanto trabajo extra pero hay que reconocer que en pocos trabajos se puede dar uno el gustazo de ver esas salidas de sol mientras hueles el salitre y te empapas del yodo de la mar.
Luego seguí paseando hasta el faro recorriendo la maravillosa finca de Mataleñas que ahora es un parque muy recomendable para la gente que se acerque por aquí, después, lo que prometía una estupenda mañana con ese amago de salida de sol se convirtió en una mañana con nubarrones y un poco lluviosa, aunque no mucho esa es la verdad, hacía una agradable temperatura, eso sí.
Todas las fotos, las grandes y las pequeñas, se amplían pinchando en ellas.
También el domingo pasado día 23 salí a dar un paseo por la playa de la Magdalena y aunque iba con la cámara no pensaba, por la hora en que salí, que me fuese a encontrar una salida del sol, además como esta que pude coger, fue otro regalo. Luego ya con la alegría de esta primera foto pues saqué algunas más que traigo al blog para compartirlas con los que las quieran mirar.