Otro año más llegamos a ese diecinueve de marzo, y la vista y el pensamiento se nos van a Valencia, las fallas, a todos nos gustaría estar por allí, hay algunos valencinos que aprevechan esas fiestas para huir de una fiesta ruidosa según tengo entendido.
Este año aunque quisiera y pudiera ir a ver la magia de los ninots y las noches valencianas pues no podría, no es fiesta en mi comunindad, si es que ya no se respeta nada, el día del padre y no es fiesta, "no es serio este cementerio" que decía un amigo mío, pero claro si es que tenía que ser como el de la madre, el primer domingo de marzo, o el mes que fuese que tanto da, no, la iglesia tuvo que poner el día del padre el diecinueve de marzo, todo lo hacen al reves o no sé si con recochineo, el día del padre precisamente el día de San José, paternidad dudosa donde las haya.
Es una fiesta que a mi en particular me atrae mucho, pero nunca he ido, no sé que tal aguantaría el ruido, el olor de la polvora si que me gusta, creo que lo que me gusta son esas ganas de los valencianos de hacer obras de arte y quemarlas y volver a hacer más obras de arte para volverlas a quemar, tiene algo de los viejos rituales, de las ancestrales costumbres, del embrujo sensual y purificador del fuego, todo acaba por degenerar en estos tiempos en turismo, consumismo y salvajismo. Todos los años indultan un ninot, este año es el titulado "pescadoras valencianas"
No temáis por lo de hormigonera mayor, de momento solo se nombran las falleras mayores, pero dado el cariz que está tomando el asunto del urbanismo en Valencia, no se descarta nada para el año que viene. Las falleras mayores aquí a la derecha son Marta Reglero e Inma Escudero
Que sean felices las fiestas y que no ocurran accidentes.
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