viernes, enero 25, 2008

Un árbol de 30 pisos

Ahora que ya estamos de vuelta de casi todo en lo tocante a ser ecológicos, se entiende en que estamos de vuelta a que sabemos que la ecología es un bien que hacemos al planeta y por ende a nosotros mismos, lo cual no quiere decir que por mucho que sabemos y por mucho que sepamos que nos interesa, hagamos lo que se debe de hacer.

Las pruebas las tenemos todos los días, conferencias sobre el calentamiento global producido por la falta de conciencia ecológica que de poco sirven ya, sobre todo falta de los que más deberíamos tenerla, que somos los paises llamados civilizados y desarrollados, que nos hemos desarrollado a costa de patear una y otra vez ese cuidado ecológico que deberíamos haber tenido, quizás no sea demasiado tarde para hacer algo pero también algo me dice que todos decimos eso y que en el fondo somos unos hipócritas que nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena, oimos los truenos, eso sí y para no oirlos nos ponemos tapones en los oidos y seguimos quemando el petroleo hasta que no quede un galón, las nuevas energías nos suenan a tener que cambiar y aunque tenemos muy mala conciencia, pues seguimos con lo mismo. Reciclamos para sentirnos un poco mejor, un par de días cogemos el transporte colectivo al ir a trabajar para así olvidarnos de que estamos acabando con todo, pero construimos sin miramientos sabiendo que estamos destruyendo costas, montes, árboles, en definitiva, la vida del planeta, para, asfaltar hasta las selvas vírgenes.

Viene todo esto a cuento porque ya hace muchos años, ni me acuerdo cuantos, Adriano Celentano, nos cantaba una canción maravillosa en la que nos avisaba de todo esto de una manera muy musical, pero con toda la crudeza de la que era capaz, era una canción que a mi me gustaba sobremanera y que he estado buscando por tierra, mar y aire para ponerla en el blog, y nunca la encontré, ya había desistido y un ángel de la guarda en forma de amiga me la ha mandado, parace que a ella no le ha sido nada difícil encontrarla. Desde aquí le doy las gracias pues me la sabía de memoria todavía, adoro esta canción y me devuelve un poco de mis años de juventud.

Se la dedico a un amigo que suele leer las cosas que yo escribo y que tiene una gran conciencia ecológica, se puede ver por las denuncias que constantemente hace en su blog de las barbaridades ecológicas que en su ciudad, se cometen, la ciudad es Noja (Cantabria), que es una joya de ciudad, pero que era antes de las contrucciones salvajes una gran joya del cantábrico. La canción en cuestión es:

Es por tu manía
de ir a vivir
a una ciudad
y dejándonos está
tarados a metrópoli.

Como tú y yo
con tal salud
no hay aquí; les oí decir:
esos dos de ahí
vienen del pueblo.

Se rieron,
divirtie...ron
pues supie...ron
que muy pronto nosotros
también estaríamoscomo ellos

Paliduchos
como rascacielos
con la cara de cera
con la cara de cera
ya no hay limpia ni la estratosfera
y así siempre será
mientras vivas en una ciudad.

En aquellos campos
tomabas
conmigo el sol
y a nosotros nos cantaban
los pájaros en sus ramas.

Ahora en cambio aquí
en la ciudad
los motores
de automóviles
van cantándonos
la marcha fúnebre
y las fabricas
perfumando están
todo el aire
que oscurece un cielo tan negro,
oliendo que apesta.

El alcalde
asegura que la ciudad es moderna,
no hace caso si dices
que el cemento tapó tus narices,
el infarto es la moda,
quien no lo padeció, lo tendrá.

Ahora no respiro bien,
pues siento
como un sofocón,
el aliento se me va,
no sé si no volverá.

Solo veo ya
que algo está
naciendo,
es un árbol,
si, es un árbol,
de treinta pisos
la, la, la, ……

Para escuchar en español


Enlace para escuchar en italiano, en youtube: Un albero di trenta piani.

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