Una noche un padre oye rezar a su hijo:"Dios bendiga a mamá, a papá y a la abuela, adiós abuelo". Al día siguiente el abuelo muere y el padre recuerda las palabras del hijo.
Un año después, el padre vuelve a oír al hijo rezando: “Dios bendiga a mamá, a papá. Adiós abuela”. El padre se asusta cuando al día siguiente la abuela muere, pero no se lo cuenta a nadie para que no le tomen por loco.
Tiempo después el padre escucha una noche: “Dios bendiga a mamá, adiós papá”. El padre casi se muere del susto. A la mañana siguiente se levanta muy temprano para evitar el tráfico y pasa todo el día encerrado en la oficina.
A medianoche regresa a su casa aliviado. Al llegar, la mujer le exige una explicación por la tardanza, y él sólo alcanza a decir: “disculpa tuve un día terrible”. Enfurecida la mujer le grita: ¿tú tuviste un día terrible? ¿y el mío?
Hoy vino el vecino y se murió en la puerta de casa”.
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