Todo empezó un buen día, hace ya un tiempo, bastante tiempo, alguien se dio cuenta de que en Cataluña hacía falta una cosa que se llamaba Estatut, y los partidos políticos se pusieron a la faena, afloraron las afinidades y las rencillas ya que eran necesarios todos para que la cosa saliese bien, CiU tenía que hacerse notar pues había estado muchos años gobernando y no les había hecho falta el Estatut, el protagonismo no debía capitalizarlo ERC, cuando todo parecía perdido, una conversación del Sr. Mas con Zapatero arreglo el atasco del estatut, viéndose detrás de toda esta estrategia de CiU a un viejo zorro de la política el Sr. Pujol que sigue siendo con mucho el político más inteligente de Cataluña y si a él no le molesta, también de España; no quitando tampoco mérito al Sr. Mas, que cumple su papel a la perfección.
Tras muchas vicisitudes, tergiversaciones partidistas, estrategias de apologías apocalípticas, agitaciones radiofónicas y un discurso del jefe de la oposición de padre despechado que le estan quitando la dote de su hija, se aprobó por el Congreso la admisión del Estatut para su discusión y aprobación si procedía. Más maniobras de la vieja guardia franquista, rasgadura de vestiduras, incluso pasaron unas navidades de esas de las de ahora, que duran dos meses llenas de barbaridades y anécdotas.
Se siguió por parte de la oposición crispando el ambiente político, con su maniobra de tergiversación sistemática, de enfrenamiento entre españoles, táctica en la que no le acompaña ningún partido del espectro político, así, pensaban en el PP, el PSOE no tendrá más remedio que rebajar tanto las proposiciones de los políticos catalanes que éstos retirarán el texto, abortándose la operación y quedando por tanto muy tocado Zapatero, tanto que incluso no le quedará otra que convocar elecciones, elecciones que ellos se encargarían de ganar a como hubiera lugar. Su lema era “Cuanto peor vayan las cosas en todos los sentidos mejor para nosotros”.
Llega de esta manera enero y los negociadores del Estatut se van mosqueando poco a poco pareciendo que la cosa no avanza, que hay cosas insalvables en las negociaciones.
Pero hete aquí que vuelven a hablar Zapatero y Mas, llegan a un acuerdo satisfactorio, hasta se ofrece este último para ayudar en el Gobierno si hiciese falta. Se hacen la foto para la posteridad en la que se vuelve a ver a Pujol en la trastienda cuando Mas anuncia el acuerdo. Y entonces ocurren cosas muy graciosas, la primera que Rajoy monta en cólera, empieza a decir que Zapatero ha vendido a España a los catalanes y pide públicamente algo que es ilegal, un referéndum para que opinen todos los españoles, atrás quedan los tiempos en los que Rajoy quería reformar el Código Penal para meter en la cárcel a los que convocasen un referéndum ilegal, en aquel caso se trataba de Ibarretxe, por lo que se ve, él no se da por aludido, lo que no vale para los demás, si vale para él, resucitando las discriminatorias leyes del embudo.
Otra cosa graciosa es el ataque de cuernos que le da a Carod Rovira, que también monta en cólera y se niega a llegar al mismo acuerdo, para así tener más protagonismo ante el pueblo catalán que CiU, no se sabe si trabaja para mayor gloria del pueblo catalán o para tener más votos que los convergentes, no le importa que todo se pueda ir al traste, que no haya otra ocasión como la de este momento histórico. Priman los protagonismos personales.
Mientras tanto Zapatero ante la opinión pública es el hombre que tiende los puentes y puede recuperar el tiempo perdido, en votos se entiende.
Como Carod no reaccione pronto, se va a quedar compuesto y sin novia. Por el momento se niega a cerrar el acuerdo con Zapatero y los partidos catalanes.
En Convergencia y Unió, que empezaron el periplo sin gobierno autonómico y un poco a la baja, gracias a sus jugadas maestras, en este momento van una cabeza por delante de ERC y acariciando el poder que antes no tenían.
La conclusión es que, estes en el país que estes, se defienda lo que se defienda, el político va siempre a lo suyo, sacar votos para ser él, el califa en lugar del califa.