Eran las diez, la noche era cerrada cuando me acercaba a la ventana de mi casa a fumar un cigarro, en la casa de enfrente a escasos diez metros, vi que por los andamios que hay en la fachada que esa casa tiene para ser restaurada, subía un individuo.
Decidí llamar al 091. Piiii. Piiii. Piii. Se nota que descuelgan y digo lo más rápido que puedo “¡Por favor vengan enseguida se va a cometer un robo!” algo va mal, se oye una voz metálica y monocorde... “si lo que quiere hacer es una denuncia pulse 1”. atónito seguí escuchando aquella voz inmisericorde, mis nervios se tensaban por momentos. “Si su consulta es sobre violencia doméstica, pulse 2”. “Si eres menor y deseas ayuda, llama al: “da un número telefónico”, a todo esto, voy viendo como el “chorizo” ya ha entrado por una ventana que estaba abierta y sigo escuchando...”si su consulta es de otro tipo pulse 3”. Pulsé 3, después de unos cinco pitidos alguien dijo:
- 091 dígame, le atiende el agente Mariano.
- ¿Policía? Dije.
- Si, dígame.
- Le explique el problema y me dijo.
- Su nombre, por favor.
- Le di mi nombre.
- Lugar de los hechos.
- Se lo dije, mientras tanto, estaba viendo al sujeto como bajaba otra vez por los andamios, se lo comenté, y el agente Mariano impertérrito me dijo:
- Deme su domicilio, por favor.
- Se lo di.
- Bueno, me explicó, como ya no se puede hacer nada, iremos cuando el dueño del domicilio haga denuncia si es que le han robado. Muchas gracias. Y me colgó.
Yo no salía de mi asombro. ¡Joder que modernos! no me venía a la mente una definición más adecuada para este caso, a veces, más que las que se quiesiera, uno que cree que lo ha visto todo y lo ha oído todo, se da cuenta que en realidad ni ha visto nada, ni ha oído nada.
O eso es lo que debería haber hecho, no ver nada, pues lo peor de todo estaba por venir, a los dos días recibí una citación para declarar en el Juzgado, de testigo, decían. Tuve que pedir permiso en el trabajo y pasé a ser sospechoso para el encargado por tener algo que ver con la Justicia. En su día tendré que declarar en el juicio, una maravilla esto de la colaboración ciudadana.
Hace poco estaba leyendo el periódico y vi una noticia que señalaba que el año pasado habían bajado el número de denuncias que se presentaron a la policía en un 12%, rápidamente pensé, claro, si no hay como incorporar las nuevas tecnologías en la administración y en las empresas para que las cosas funcionen mucho mejor. Aunque no sé para quién.
Memorias de un urbanitas
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