sábado, febrero 11, 2006

Asesinos en potencia

Agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil detuvieron ayer en Burgos un vehículo que circulaba a una velocidad más propia de un circuito de Fórmula 1 que de una carretera pública. El radar de los sorprendidos guardias detectó que el vehículo, un Audi A-8, se desplazaba 260 kilómetros hora, más del doble de lo permitido en autovía.

Según informa la Dirección General de Tráfico (DGT) los hechos tuvieron lugar a las 17.41 de la tarde en el kilómetro 128.800 de la A-231, que une Burgos y León, cuando los agentes realizaban un control preventivo. El País.

Mientras estas cosas pasan en España, en ocho cantones de Suiza la velocidad de las autopistas se baja a 80 Km/h, la medida se puede hacer extensiva a todo el país. Se hace para luchar contra la contaminación pero todos sabemos que también tendrá buenos efectos en el índice de accidentes. Una medida así en España es impensable, pues los mismos que luchan por los espacios sin humos seguro que pondrían el grito en el cielo si se bajase la velocidad máxima, que en este país no respeta casi nadie. Aquí tenemos una buena ocasión para ratificar que estamos luchando contra el humo y no decir como siempre, que se actúa contra el tabaco y no contra los coches por que no se puede. Se puede.

Los imbéciles al volante convierten el automóvil en la carroza de un poder estúpido. Dijo San Agustín que no es santo de mi devoción y que ni siguiera soñó con la sociedad del coche, que la soberbia que no es grandeza es hinchazón y agregó: "lo que está hinchado parece grande, pero no está sano". Hinchados esos que, orgullosos de sus máquinas, se crecen en el vértigo de la velocidad o se entregan al riesgo de las escaramuzas para sentirse más grandes.

Podría decirse de sus máquinas que son instrumentos de ficción para acomplejados, alas para pájaro sin vuelo o armas para héroes frustrados.

Dijo Victor Hugo: "En muchos casos el héroe no es otra cosa que una variedad de asesino". Creo que el asunto de los que abusan de la velocidad es uno de esos casos.

Por otra parte el automóvil es una máquina destinada al fomento de la estupidez, generador por si mismo de la trasgresión, hecho para incumplir la norma ¿ por qué si la velocidad máxima es de 120 en autopista, el automovilista cazado podía ir a 260? volvemos a lo de siempre, los que fabrican los coches son muy poderosos, los que hacen las normas no se atreven con ellos y volvemos a lo de siempre, sólo se atreven con los pobres fumadores.

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