"Nadie ha confesado qué hicieron las víctimas, que más de una vez provocan con su lengua" está frase es la que se puede leer en una hoja parroquial, de esas que tienen más peligro que el Imán de Fuengirola aquel, que, en un libro decía a sus acólitos como había que pegar a las mujeres para que no se notasen los malos tratos. Esta hoja la edita el Arzobispado de Valencia y ha sido escrita por el catedrático de Teología jubilado Gonzalo Girones, que además para explicar lo dicho más convenientemente añadió " El varón, generalmente, no pierde los estribos por dominio, sino por debilidad: no aguanta más y reacciona descargando su fuerza, que aplasta a la provocadora".
Eso es lo que opina este señor mayor de los malos tratos a las parejas femeninas. Hay casos (los menos), en que la mujer también pega al hombre, seguro que sin provocarlas, pues ya se sabe la mujer es mala por naturaleza, y si no fijense ustedes en Eva, como engaño al pobre Adán, que de por sí solo seguro que no lo hubiese hecho aquello tan grave que dice la religión que practica este jubilado.
Existe la libertad de exprsión y por tanto que ese señor diga lo que quiera pero debería tener consecuencias, pues los obispos no promueven la violencia física como los imanes, pero si practican la violencia verbal.
De todas las maneras lo que yo saco en conclusión es que la educación de nuestras hijas no está en buenas manos con estos iluminados, lo de los hijos tampoco.
En esta violencia verbal también ha entrado el obispo de Ciudad Real, comparando al presidente de nuestro gobierno con Caligula. Está claro que lo que los obispos añoran un hombre como Franco con el cual podían adoctrinar a su gusto y subyugar a la gente.
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