lunes, marzo 06, 2006

La mala ley

Una de las esquelas de los paquetes de cigarrillos anima a alejar el vicio de fumar de los pequeños, para evitar que se inicien en el consumo o para que no aspiren su humo, tan dañino. Lo que pasa es que las leyes, cuando se establecen por nuestro bien, son inútiles o incluso contraproducentes, porque nuestro bien, por definición, es nuestro. Y no hay ningún Gobierno autorizado a apropiárselo. La ley anti-tabaco es causa de un pésimo ejemplo.

Al caminar por las calles, se observa que hay más fumadores que los que pensábamos. Y no es que se fume más: es que todo el mundo lo hace ahí, a falta de mejor avío. Los portales y puertas de establecimientos son fumaderos. Y los niños, al salir del colegio, se encuentran con un espectáculo nunca visto: en cada portal, un grupo de fumadores; a la puerta de cada tienda, un dependiente echando humo; por las aceras, gente fumando todo lo que no ha podido fumar en sus horas de trabajo. El cigarro no es excepcional sino un mal ejemplo visible y omnipresente. Han logrado que los niños convivan con un vicio convertido en natural.

Esto no quiere decir que también se prohíba fumar en la calle. Quiere decir que todo talibanismo en los usos sociales está condenado a ser perverso. La ley seca norteamericana lo demostró. Y quiere decir que se equivoca España y Europa en inmiscuir una ley en el ámbito personal, íntimo. Nunca una ley creó un uso social; ni lo destruyó. Tiempo al tiempo.

Están irritados los estanqueros y descontentos los bares. Y los fumadores echan humo. Si cabreamos a la población, cambiaremos su bronquitis por su úlcera, su cáncer de pulmón por otro de colon. Antonio Gómez en el diario Alerta

Que la ley es mala lo demuestra la cantidad de damnificados por ella, que son muchos y de toda índole, como por ejemplo:

Los currantes tendrán que
pasarse a cosas más caras
Los no fumadores que dicen
que esta ley no soluciona nada

Los quiosqueros que no podían vender tabaco pero que
se arregló y pueden vender pero con máquina

Los bares obligados a ser de
no fumadores están que trinan
Está enfadada hasta la ministra





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