Rocas de leyenda. Bajo la Montaña Blanca, | La piscina del Amellal, construida a orillas del Siwa, está rodeada de palmeras y olivos. |
Desafío al desierto
Perdido en un océano de arena a ocho horas en todoterreno de El Cairo, surge uno de los albergues más recónditos del planeta. El Adrere Amellal desafía al desierto gracias a la benigna presencia del lago Siwa. Entre sus palmeras, leyendas de faraones y la memoria de ‘El paciente inglés’.
Algunas noches, cuando el sueño tarda en acudir, cierro los ojos y regreso a Siwa. No puedo olvidar mi primera visita, a principios de la década de los ochenta, cuando el viaje resultaba casi imposible porque el remoto oasis era considerado lugar altamente estratégico debido a su proximidad con Libia.
En épocas lejanas, este desierto fue la morada del dios maligno Set, que despedazó a Osiris. Para los griegos era el feudo de la Medusa, cuyos cabellos eran serpientes y que transformaba a los mortales en piedra con su mirada. Para los uahatíes, los habitantes de los oasis, el desierto era lugar de mal agüero, habitado por temibles genios y ogros como la ghula, un monstruo que se metamorfoseaba en una mujer bellísima para atraer a los hombres y así devorarlos.
El oasis de Siwa era muy antiguo. Durante la época faraónica, y al igual que los otros oasis egipcios, fue muy importante por su riqueza agrícola, pero sobre todo por su valor estratégico, ya que era un bastión desde el que se defendía el valle del Nilo del hostigamiento continuo de las tribus del desierto.
Y, por encima de todo, era conocido por ser la sede del Oráculo de Amón,que los griegos asociaban a Zeus y que fue consultado por los grandes del mundo heleno, de Pitágoras a Píndaro. El Oráculo alcanzó gran fama durante la invasión persa de Egipto. Herodoto relata que el rey Cambises II, tras conquistar Egipto en el año 525 antes de Cristo, se enfureció por un designio desfavorable del Oráculo, que vaticinaba el rápido fin del yugo extranjero, y reunió en Tebas a un ejército de más de 50.000 soldados, que debía atravesar el desierto líbico para alcanzar el templo del Oráculo insolente y no dejar piedra sobre piedra. Pero una tormenta del desierto levantó las dunas y sepultó a las tropas invasoras. (Puesta de sol en el lago Siwa).
Articulo entero en el País. Jordi Estava.
En Marzo del 2006 la asociación andaluza de Egiptología hara un viaje a este y a otros oasis. de Egipto. Además habrá un eclipse total de Sol.
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