Sucedió en una residencia de ancianos muy cerca de donde vivo.
Una señora fue a visitar a su anciana tía abuela a la residencia en la que estaba pasando lo que la quedaba de vida, iba todos los domingos a saludarla y charlar un rato con ella, ese domingo coincidía que había elecciones, y como es lógico surgió la conversación.
- - Qué Etelvina, le preguntó a la anciana ¿ha ido usted a votar?
- - Sí hija sí, nos llevaron las monjas esta mañana en el coche, yo no me encontraba muy bien, este año iba a dejarlo pero me dijeron que tenía que ir a votar, que era un deber cívico de todos los españoles, creo que fue algo de eso lo que dijo la monja. Lo que pasa que no sé a quién he votado.
- ¿Pues cómo es eso?
- Pero Sra. Etelvina ¿no se acuerda que esta mañana le hemos llevado al colegio electoral y usted ha metido el sobrecito en la urna? si es que van perdiendo un poco la memoria, le decía quedamente la monja a la señora que observaba perpleja.
- Ya pero yo no sé a quién he votado, dijo claramente Doña Etelvina, usted nos daba el sobre cerrado.
- ¡Claro mujer! dijo imperturbable la monja ¿ no sabe usted que el voto es secreto?
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