martes, febrero 15, 2005

El protocolo de Kioto


El Protocolo de Kioto prevé una reducción global del 5,2% de las emisiones del Hemisferio Norte para el 2012 con respecto al nivel que había en 1990, aunque cada país tiene una cuota diferente. Kioto impone un esfuerzo mayor a los países industrializados, donde las emisiones de CO2 y de otros cinco gases nocivos como el metano, el óxido nitroso y otros tres fluidos industriales, han aumentado considerablemente desde 1990, no solo en Estados Unidos (13% hasta el 2002), sino en otros países como Canadá (20%), Japón (12%) o España (40%), según la ONU.Solo Estados Unidos emite el 21% del total de CO2 que sale a la atmósfera.

España 2030.
Poco a poco el protocolo de Kioto. Pero que muy poco a poco. Por lo que se ve, todo el mundo de una manera farisáica habla de que hay que reducir las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera, todos van a empezar mañana, igual que la antigua canción.

Asi quedará España, como en la foto. No hay que preocuparse por los humos, no es un paisaje tan feo, para entonar con él, nos ponemos el turbante, la chilaba, sacamos las bandejitas del té y unos pinchos morunos y a vivir, bueno habría que pensar en agenciarse un camello... para el transporte no se vayan a creer.

Voy a aprovechar que el Pisuerga pasa por Valladolid, entrando en el espinoso tema del tabaco, que por lo visto es el único humo que importa, es lo más importante, hay que ir a la caza del fumador, alguien tiene que pagar el pato, seguro que si dejamos todos de fumar evidentemente habrá menos humos, pero no creo que lleguemos a cumplir con Kioto, todo lo más bajaremos de 50.000 cánceres de pulmón a 49.999, algo es algo.

Es verdad el tabaco es una cosa mala, pero también es el lugar común, tranquilizadoramente común, que nos pone la venda en los ojos, para no pensar en los humos de los cohes, de las fábricas, en la mala calidad de los alimentos y de otras minucias, laxando así unas conciencias culpables, que se aplacan mucho demonizando continuamente a los fumadores.
Además de hacer de filtro, - nunca mejor dicho- mental, el tabaco colma el ansia de prohibir cosas, que tienen los políticos, quedando bien con todo el mundo, y de crear debates, que mantengan enfretados a los ciudadanos, mantenernos en definitiva ocupados y que sólo tengamos tiempo para trabajar, dormir y pensar un poco en la liga de fútbol si acaso.

Ya lo decía alguien," El globo se va a dividir en tres partes, por arriba prohibido cazar ballenas, por abajo prohibido cazar pingüinos y en el medio prohibido fumar".

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