domingo, febrero 06, 2005

Río de Janeiro-EL CARNAVAL-


Este año 2005, el mítico carnaval de Rio se presenta con una característica especial. Va a ser más de la calle que del Sambódromo, más popular que elitista.
Es el carnaval de las calles sin pretensiones, al que puedes acudir con un disfraz o a cara descubierta. es vivido con inmensa pasión por grandes y chicos. Se puede ver a una madre bailando mientras da el pecho a su bebé, y hasta a un minusválido disfrutando de la alegría colectiva desde su silla de ruedas.
Tode ello porque el carnaval de Río, el de las calles, el popular, el de todos, es una explosión inocente, sensual y sexual de todos los sentidos.




"Durante el carnaval se glorifican las cosas que acontecen de la cintura para abajo en oposición al mundo represor o jerarquizado de la burguesía, donde es el alma y no el cuerpo quien detiene la hipócrita primacía".
Si Brasil, se suele decir, supiera organizarse como Estado como lo hace en carnaval, dería el primer país del mundo.
En Río sólo una cosa está prohibida durante el carnaval, estar triste.
Es esta receta la que convierte a Río en lo que es, la ciudad desinhibida por excelencia, donde basta a cualquiera ponerse un pantalón corto y salir a la playa para sentirse carioca.
Extracto de artículo de Juan Arias en El País de 6-2-2005

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