Viene mi propio y me suelta: “ Pues que me he vuelto independentista vasco”. Yo le espeté “ Pero...¿ tú no eras de Valladolid, Paco? . Él me contempló como si acabaran de caerme esporas sobre los hombros, en vez de la proverbial caspa. “Pues claro que soy de Valladolid... pero, ¡ qué tendrá eso que ver!”, reaccionó malhumorado.
Lo tengo dicho: los hombres son unos ingenuos. Se creen que los futbolistas juegan por defender los colores de su equipo y no por ganar más dinero. Se creen que tener tal o cual coche logrará que les crezca eso que esconden debajo del pantalón, o sea, el tamaño de su...
esperanza. Se creen incluso que los labios de Angelina Jolie son naturales. Los tíos están dispuestos a creerse prácticamente cualquier cosa, especialmente si les conviene creerla.
“ Me he hecho independentista, churri”, insistió. “ Independentista vasco y, sobre todo, independentista emocional”, me dijo mi moreno de verde luna. “¿ Y eso qué significa, Paco? Mira que te conozco...”, repliqué yo.
“ Significa que quiero tener un Estado Libre Asociado de Marido”, adujo mi Paco. “ ¡ Pero si ni siquiera Ibarretxe se cree eso todavía, taruguito mío!, argumenté, con toda seriedad.
“Pues yo sí me lo creo. Creo en la independencia de los pueblos oprimidos. Y en la de los maridos oprimidos, mayormente”, siguió erre que erre. Y yo, a lo Rodríguez Zapatero, le dije que estaba dispuesta a oírlo ( no hay nada mejor que darle la palabra a quien no tiene argumentos, para tener la oportunidad de ver cómo hace el ridículo y se cae con todo el equipo).
Lo recibí en la cocina, con todos los honores. Acabó llorando y suplicándome qlue lo perdonara.
Los tíos que son unos ingenuos...
Ángela vallvey es a veces, una antihombres por deporte, pero otras veces hay que reconocer que tiene mucha gracia.
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