jueves, junio 23, 2005

La familia, bien

Digan lo que digan, al clero siempre le saldrán mejor, mucho más lucidas, las procesiones que las manifestaciones; en eso y en algunas cosas más, como la obediencia debida, la disciplina estricta, la jerarquía irrebatible y el gusto por los uniformes de fantasía, los clérigos se parecen bastante a los militares, que también lucen mucho más en los desfiles y en las procesiones que en las algaradas y los pronunciamientos.
(...) En mangas de clergyman y con gorrillas de béisbol, los obispos, monseñores y curas de tropa, con pancartas por estandartes y consignas por himnos, se diluyeron en la fervorosa grey para pasar inadvertidos, o ser percibidos como unos más entre los defensores de la familia, presuntamente amenazada, esa familia a la que renunciaron voluntariamente con sus votos de castidad y a la que sin embargo pretenden representar y someter a sus obsoletos y represivos preceptos. Moncho Alpuente. El País

No hay comentarios: