He leido el último post de Iris, la dama del arco, titulado ser padres, me ha gustado tanto que, me ha inducido a recoger unas notas que tenía sobre el tema y exponer algunos pensamientos de padre que quiere serlo de la mejor manera posible, se lo dedico a ella y a mi hija.
Los padres son los huesos con los que los hijos afilan sus dientes, eso decía el actor británico Peter Ustinov, hay que ser consciente de ello, y no enfadarse, tener mucha paciencia, y dejarles que afilen sus dientes, les irá mejor a esos hijos y por lo tanto también a los padres que sepan tener mano izquierda, es el sino de los padres.
Dijo Francis de Croisset un comediógrafo francés que “ todos los consejos que los padres dan a la juventud tienen por finalidad impedir que sean jóvenes”.
Pero es trabajo de padres dar consejos a sus hijos, consejos que aunque parezca que caen en saco roto, siempre les vale para los tragos que tendrán que pasar en la vida.
Creo que los padres deben ser amigos, confidentes, no tiranos de sus hijos, pues si economizamos las lágrimas de nuestros hijos, luego podrán regar con ellas nuestras tumbas. Tengamos en cuenta que por severo que sea un padre juzgando a su hijo, nunca es tan severo como un hijo juzgando a su padre. Si somos educados con ellos, seguro que tendremos unos hijos a los cuales la educación les parecerá lo más normal y según la educación que somos capaces de transmitirles, al final, son una recompensa o un castigo.
Hay algo a lo que todos los padres podemos y debemos aspirar, dejar a nuestros hijos dos legados duraderos: uno, raíces; el otro alas. Parece contradictorio, sobre todo es difícil, pero en la medida en que lo consigamos haremos personas de provecho para la sociedad, para ellos mismos y sobre todo, personas más felices. Conseguirlo es escribir el libro ese que dicen que hay que escribir, es la mejor y más satisfactoria obra que se pueda hacer.
Tener unos padres ricos está muy bien, pero tengamos en cuenta que no hay mayor riqueza en este mundo para un hijo que tener unos buenos padres.
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