martes, julio 26, 2005

belleza para vivir

Una mañana llegó a las puertas de la ciudad un mercader árabe y allí se encontró con un pordiosero medio muerto de hambre. sintió pena por él y le socorrió dándole dos monedas de cobre.

Horas más tarde, los dos hombres volvieron a coincidir cerca del mercado:
-¿Qué has hecho con las monedas que te he dado?- preguntó el mercader.

-Con una de ellas me he comprado pan, para tener de que vivir, con la otra me he comprado una rosa, para tener por qué vivir.

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