A veces se asoma uno a la prensa y las noticias le dejan a uno un poco descolocado, en principio una duda se enciende como una bombilla ante cosas tan paradójicas, ¿será verdad te preguntas? o los titulares se desfiguran para captar más compradores, no es suficiente la cruda realidad de actos terroristas, de pavorosos incendios que asolan miles de hectáreas de bosque, de guerras cruentas con muertos y muertos todos los días, siempre hay que buscar la noticia estrambótica que al lector le haga dudar hasta un límite que nos llame la atención.
Aquí tenemos a un británico que no tenía otra cosa que hacer que robar ropa íntima a sus vecinas y además durante 15 años, no era una afición pasajera no, era un hobby consolidado, seguro que hasta podría escribir una novela con las peripecias que habrá tenido que pasar para robar todo lo que robó. Las empresas del sector serán las más perjudicadas, seguramente las ventas bajaran drásticamente. Un amigo mío dice que todavía debieramos de estarle agradecido pues por lo menos no se dedicaba a violar, bueno la intimidad si que violaba y esta es también muy importante. 41 años tiene el angelito.
40 años tenía este otro que ha muerto en una empresa un poco “sui generis”, al parecer una granja que se dedicaba a proporcionar “ carne” y nunca mejor dicho a personas entusiastas de la zoofilia, que de todo tiene que haber un la viña del señor.
La muerte ha tenido que ser algo increíble, uno quiere imaginar y no puede.
“El jefe de Policía asegura que jamás ha visto nada «ni remotamente parecido”. Lo curioso del caso es que no se puede arrestar a nadie.
Otros dos arrestados esta vez en España, son un empresario de 30 y una empleada doméstica, con 39 años, por un delito contra la salud pública, al uno por mandar y a la otra por elaborar una tarta de marihuana con la que el jefe quería gastar una broma a sus empleados y casi les manda para el otro barrio.
Cuando las mujeres tomaron un trozo de pastel, las risas de sus compañeros de juerga las alertó de que el dulce llevaba un «ingrediente sorpresa».
En estos tiempos en los que se discute si dar publicidad a las noticias sobre terrorismo quizás tambien se podría discutir sobre este tipo de noticias, también puede ser que no, que haya que darlas para ver así si llegamos a un límite de locura, pero me temo que en esto de la locura pasa como en el record de los 100 metros, siempre por incrible que parezca, se supera el listón.
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