Dos quebrantahuesos adultos procedentes de la población de esta especie que aún se conserva en los Pirineos se han asentado desde hace un mes en las montañas de Liébana,(Cantabria) lo que ha alentado las esperanzas de recuperar su presencia en el Parque Nacional de Picos de Europa, de donde desaparecieron hace 50 años.
El coordinador de ese proyecto de recuperación, Gerardo Báguena, de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, explicó que todavía no se puede afirmar con certeza que se trate de una pareja, porque los machos y las hembras tienen una apariencia muy similar, aunque admitió que suponen que así es, ya que el patrón de comportamiento de la especie indica que es muy difícil que dos machos adultos se toleren tanto tiempo en el mismo territorio. No es extraño que los quebrantahuesos de los Pirineos se desplacen esporádicamente hacia la cordillera Cantábrica, lleguen a los Picos de Europa y luego regresen a su habitat de procedencia, aclaró Báguena; de hecho, en los últimos tres años esta ave carroñera ha sido vista 38 veces en el Parque Nacional. Sin embargo, sí es novedoso que se traté de ejemplares adultos.
El Quebrantahuesos, también llamado Águila Barbuda, es, probablemente, el animal más escaso de todos los que viven en la Península Ibérica. Abundante y muy extendido en la antigüedad, sus poblaciones se han ido reduciendo paulatinamente. Sus hábitos alimenticios le hacen ocupar el último lugar cronológico en el aprovechamiento de las carroñas, alimentándose de las partes del cadáver que, incluso, los grandes buitres no han podido devorar, tales como la piel y los grandes huesos que rompe soltándolos con precisión desde gran altura sobre alguna roca con el fin de digerirlos mejor. El Quebrantahuesos construye sus nidos en los grandes cantiles que delimitan los valles. En los meses de marzo y abril incuba uno o dos huevos de los que saldrán los pollos, aunque lo más normal es que sólo uno de ellos sobreviva.
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