EL 3 DE FEBRERO DE 1998, Carla Faye Tucker fue ejecutada en una prisión de Tejas después de esperar en el corredor de la muerte durante 13 años. El predicador evangelista de la televisión estadounidense Pat Robertson dijo: “Esto es venganza; no tiene sentido. No es la misma mujer que cometió los crímenes”. Durante el tiempo que pasó en el pabellón de los condenados a muerte, Tucker había estudiado y se había vuelto profundamente religiosa. Jamás negó su participación en los asesinatos por los que había sido condenada, y manifestó su deseo de que su experiencia sirviera de ayuda a otros. En última instancia podría haber salvado su vida si el entonces gobernador de Tejas, George W. Bus, hubiera intervenido, cosa que estaba en su mano, pero prefirió no hacerlo para contentar a sus fanáticos votantes, así, Tucker se convirtió en la primera mujer ejecutada en Tejas desde 1863.
Ahora, George W. Bus, ya presidente de Estados Unidos, ha interrumpido precipitadamente sus vacaciones para aprobar y firmar una ley para prolongar la vida de Terri Schiavo, en estado vegetativo irreversible desde hace 15 años .
Es tan inmoral decidir la muerte de alguien que no tenía que morir, como decidir la vida de alguien que no quería vivir, modificando una ley en contra del dictamen de un juez, para alargar artificialmente una vida que no es vida, de una mujer que en circunstancias naturales habría muerto hace años.
No se puede jugar a ser Dios para contentar a unos votantes.
Francisco Sastre. Palma de Mallorca.
"Calzado con zapatones de madera de fresno y suela de piedra. Porta una honda y un catalejo. Ayuda a encontrar los objetos perdidos por la personas buenas, pero no socorre a quienes tengan mala intención, burlándose de estos desde su escondite en la espesura".
martes, marzo 29, 2005
Jugar a ser Dios
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