viernes, marzo 04, 2005

Siempre al ataque


Un imán escribe un libro diciendo cómo golpear a las mujeres sin dejar huella, y las asociaciones de mujeres le llevan a los tribunales y los jueces le mandan a la cárcel (dejemos a un lado la vergonzosa liberación posterior).
En Holanda otro imán escribe que a los homosexuales es lícito arrojarlos al vacío desde lo alto de un edificio y lo mandan a la cárcel.


Me niego a ser respetuoso con una persona que teniendo la posibilidad de hacer la vida más fácil a los demás, pudiendo evitar muertes, desgracias y sufrimientos, ha dedicado sus últimos años de vida a convertir a lesbianas y gays en el objetivo de las iras fundamentalistas. ¿De veras creyentes y feligreses se sienten concernidos por estos mensajes? Si es así, gays y lesbianas debemos saberlo para irnos preparando, pero si no lo es, ¿a qué esperan a decir a sus párrocos que por ese camino no cuenten con ellos? Por algún sitio hay que empezar y yo no quiero esperar a que sea demasiado tarde.

David Montero González/(Bruselas)

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