Hoy quiero mostrar un lugar representativo de Santander, aunque por sus formas, casi orientales, contrasta mucho con la línea recta predominante en la arquitectura santanderina, se llama el Palacete del Embarcadero, hace referencia al embarcadero de las lanchas que cruzan la bahía a los pueblos de Pedreña y Somo. Una de las actividades que yo más recomiendo a las personas que nos visitan es un paseo como mínimo en una de estas lanchas, merece la pena.
Algunos santanderinos llaman a este edificio situado en primera línea en la bahía, la Mezquita de Ben amear, pues como el propio nombre indica, lo solía usar la gente cuando sentían un apretón, bien resguardadito, con la noche ya echada, y solo el mar como testigo, pues bueno era perdonable, por eso y por su estilo ya he dicho, un poco oriental. Ahora se usa como galeria para exposiciones y es mas serio.
Esta asomado al mar, hacia el sur, cuando el “viento sur” llega a Santander se pueden ver momentos de una gran belleza como este. Este viento es una de las pequeñas pesadillas de Santander, también colabora a crear momentos muy plásticos, pues es la inspiración de muchos pintores, poetas, bueno, de toda clase de personas creativas. Sin el viento es así.
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