Suelo ser muy crítico con la jerarquía católica y acólitos acérrimos que, con los creyentes de buena fe forman ese mastodonte, con sesgos de multinacional, llamado Iglesia. En realidad no debería ser a veces tan crítico, son gente como todo el mundo, en realidad ellos se buscan la vida como todo el mundo, ponen en práctica toda su sabiduría y aciertan y se equivocan, como todo el mundo, toman la calle cuando creen que se les agravia, (lo cual es casi siempre), entonando el no nos moveran, clásico cantico de los luchadores por la libertad.
Si hace falta, hacen trabajos de fontanería espiritual y algunos se ganan bien la vida. Preparan las almas descarriadas para que vuelvan a "natura"
Otras veces y, siguiendo su ancestral tendencia al dialogo, tratan de convencer, con ese espíritu conciliador que les es característico, a los españoles. Hay españoles un poco inmorales que no se dejan, y eso sabiendo que todo lo hacen por nuestro bien. Ya lo dice el refrán "quien bien te quiere te hara tragar", o era llorar, bueno para el caso igual da.
Luego, como todo el mundo, tienen sus "cosillas", son muy suyos, pero nadie es perfecto. Total nuestro verdadera felicidad está en el otro mundo dicen y como sigas su consigna, no mojas, y eres feliz como Santa Casilda virgen y martir, o te vas para el otro mundo y a empezar la felicidad
Como todo el mundo también tienen sus aficiones, se decantan por el arte, eso sí, cosas de futuro, siempre abiertos a novedades, con titulos sugerentes.
Claro que, tienen sus contradiciones, pero quién no las tiene, todo el mundo las tiene.
Y por último hay ciertas cosas en las que son totalmente como todo el mundo, incluso van un poco más allá si hace falta, el dinero, siempre es poco, siempre quieren un poco más, para los negritos, decían antiguamente, y la canción lo dice claramente "todos queremos más...". Si es que son muy normales hombre, como usted y como yo, como todo el mundo.
Bueno, hay que decir que en alguna cosa, mirando, mirando, no son iguales que todo el mundo, lo mismo que no se conoce a ningún francés que haya pagado un vermouth a nadie, (frase de Cela), tampoco se conoce ninguna institución religiosa que haya pagado un impuesto en la vida.