En ocasiones, se leen cosas que le impactan a uno, una veces por razones de calidad, por razones de oportunidad, pero otras, es porque la opinión que estás leyendo no la ves por ninguna parte y estás muy de acuerdo con lo que estás leyendo, aunque nunca lo has sabido plasmar de una forma tan certera, con un lenguaje sencillo, con un optimismo que contagia; a mi me ha pasado con esta carta que escribe a cartas al director en el País un profesor de enseñanza secundaria de Coslada que se llama Pedro Provencia Chumillas:
"Las buenas noticias sobre la enseñanza no suelen gustar a nadie, pero, si usted me lo permite, y a riesgo de resultar desagradable para periodistas a destajo, columnistas olímpicos, profesores como yo, padres de alumnos, políticos y religiosos de toda laya, quisiera decir públicamente que la mayoría de los alumnos del IES donde trabajo son personas normales, ruidosas, sí, hasta estridentes, pero dignas de confianza, risueñas, agradecidas a su modo, excelentes muchas de ellas y algunas incluso maravillosas desde cualquier punto de vista, merecedoras de más respeto y atención que unos cuantos compañeros suyos analfabetos felices o delincuentes vocacionales, personajillos fáciles de ser transformados en noticia.
Mientras éstos, provistos de tecnología especialmente diseñada para su disfrute, son neutralizados hasta donde es posible por profesores cuyo esfuerzo nadie compensa suficientemente, áquellos nos alivian de la lectura del periódico de cada día, pues a su lado nos atrevemos a pensar que la Guerra Civil acabó hace siglos, que la soberbia de los obispos no atemoriza a nadie, que los padres de familia se hacen cargo de sus problemas reales y no de los del Madrid o el Barça, que por fin para los profesores no todo alumno pasado fue mejor y -el colmo de los colmos- que los periodistas vuelven del revés la máxima cínica y anteponen la verdad, tan compleja, a la noticia, tan simplificadora. Por suerte para mí (y para todos), mis alumnos han aceptado un criterio de evaluación suplementario: suspenderá quien piense que este mundo no tiene remedio".
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