martes, noviembre 08, 2005

Salud pública

Se suele hablar muy bien de nuestra cobertura médica por parte de la Seguridad Social,
Yo, a veces no sé si es que se la ensalza siendo verdad o, cuando nos preguntan o sale la conversación, decimos lo políticamente correcto, no vaya a ser que por una de esas cosas que tiene la vida caigamos en sus manos, y sepan que un día hablamos mal de ellos ¡ qué miedo!.

Y digo esto porque a uno le han ocurrido muchas cosas, no sé si terribles, pero puedo decir que algunas denunciables, además, se ven otras o, te cuentan como se las gastan últimamente en muchos chiringuitos de la S.S. y esa apuesta por la salud de la que habla la ministra, uno no la ve por ninguna parte.

La penúltima que me han contado es de un amigo cercano, que se tuvo que hacer una operación de hernia, al final, un boquete de veintitantos centímetros, anestesia general, a las tres horas y con todos sus puntos (muchos) le dijeron que para casa, y se tuvo que ir; noche de perros, él, que para quejarse de dolor tienen que arrancarle algo, paso las de Caín, hasta que por la mañana pudo ir al ambulatorio, no podía andar ni conducir, tuvieron que llevarle, para que a la postre, el médico que le vio le dijese que cómo iba así por el mundo, que se fuese rápidamente a urgencias, que su sitio era un hospital. Allí sigue.

¿Ahorró algo la Seguridad Social mandándole a casa prácticamente agarrándose las tripas para que no se le cayeran ? ¿ qué pasa con esa salud pública que se dice que hay que preservar? ¿ o se le llama a eso salud individual y entonces no hay que hacer caso? ¿ un día en el hospital se les hacia vicio?

Estaba yo en esos pensamientos y leyendo el periódico cuando vi esta noticia,( Cerca de un millón de pacientes de la Seguridad Social fueron víctimas de negligencias médicas durante el pasado año en el Reino Unido y 2.000 de ellos fallecieron) , luego mire un poco más en Google, me encontre con esta otra, un poco atrasada pero que pienso que no habrá mejorado con los años, y que tampoco está mal, entonces me dije ¡coño! Igual no estamos tan mal, también pensé, seguro que aquí no hacen ni estadísticas.

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