El idioma inglés se refiere a un autobús, o a un barco, en femenino; la despedida del Routemaster, el tradicional bus rojo de dos pisos, presente en la fisonomía de Londres desde hace medio siglo, se está encajando como la de una tía queridísima que acaba de palmar. Lo que ocurre refleja el tino de John Maynard Keynes, economista y a pesar de ello hombre muy sabio, que declaró que no sabía lo que hace a un hombre más conservador, si ignorar todo lo presente o todo el pasado.
Porque el Routemaster parece ahora el alma de Londres, pero, cuando sustituyó en los años cincuenta y sesenta a los trolebuses, ya circulaba por la capital el Regent, o RT, un vehículo muy parecido, que tenía casi todas las características que los nostálgicos achacan al RM: el frente partido, el motor delantero, la plataforma abierta en la parte trasera, los suelos de madera y la presencia amistosa del cobrador, a quien en inglés paradójicamente llaman 'conductor'. Gente muy rara, al conductor lo llaman "driver". [ + ].
"Calzado con zapatones de madera de fresno y suela de piedra. Porta una honda y un catalejo. Ayuda a encontrar los objetos perdidos por la personas buenas, pero no socorre a quienes tengan mala intención, burlándose de estos desde su escondite en la espesura".
jueves, noviembre 10, 2005
Routemaster. Fin de trayecto
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