viernes, noviembre 11, 2005

La doctrina y la educación

En enero de este año, en otro blog que tuve, escribí este artículo, que ante la demagógica manifestación de mañana de los obispos en unión del PP, hace algunas reflexiones que todavía tienen mucha actualidad:

La existencia de Dios no está probada, tampoco está probada su inexistencia.

Mirando el grueso de los paises del mundo vemos una multitud de dioses, y si nos fijamos en la historia de la humanidad, la infinidad de entes divinos que ha habido es abrumadora.

En la Península Ibérica habitaron muchas y diversas culturas todas ellas con sus dioses distintos y mandatos divinos diferentes.
En este momento en el que nos toca vivir la creencia española es mayoritariamente Católica, aunque, hay todo tipo de sensibilidades religiosas cada una con sus seguidores en mayor o menor número.

Y, siendo los dioses y las doctrinas así, tan coyunturales y variopintos en el tiempo ¿Por qué debemos aprender en el colegio los distintos dogmas que la religión de turno tenga a bien tener en su particular doctrina, en la que sólo creen los incondicionales de esa doctrina?
¿Cómo es que tenemos que dejarnos grabar a fuego desde la más tierna infancia unas enseñanzas que la mayoría de las veces son sólo cuestión de fe? Una fe que, si te la programan en la niñez luego es muy difícil desprogramar.

Es tanta la sinrazón en España que, no contentos los prebostes de la religión “oficial” de que les dejen hacer a su gusto, quieren que, los que no elijan esa opción, deben de tener una asignatura alternativa, pues dicen estas lumbreras de occidente, que si no es así, los que hacen lo que ellos quieren( estudiar religión católica) están discriminados, precisamente por eso, por hacer lo que ellos quieren; esta situación es como mínimo absurda, por no decir un insulto para la inteligencia y el respeto a los demás, respeto que por otra parte, debiera ser su norte y su guía si lo que de verdad siguen son las enseñanzas de Jesús.

Habiendo en España libertad de escoger por los padres, pues bueno, financiemos todos esta libertad, si, pero impartamos cada doctrina particular en sus sedes correspondientes (Iglesias, sinagogas, mezquitas, etc.) y, estúdiese en los colegios los programas educativos que se aprueben en el parlamento, estos programas pueden incluir en las diferentes ramas ( Historia, arte, filosofía...) las referencias necesarias en las que se enmarca el hecho religioso. Pudiendo así los escolares tener las nociones necesarias acerca de todas las religiones, disfrutando con ello de una amplitud de miras con la que sería mucho más difícil manipular sus mentes, que en realidad es la tarea a la que se dedican las diferentes religiones.

En la escuela los conocimientos, la doctrina en los templos.

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