Homofobia

Comentaba el otro día en la oficina una compañera que acababa de leer en el periódico una noticia que la había dejado un poco escandalizada, decía que no se que organización iba a instar a la ONU para que el 17 de mayo se declarase Día Internacional contra la homofobia y la transfobia.
Decía ella que dónde íbamos a parar, que se habían autorizado las bodas entre homosexuales, también que, para hacer un programa en televisión hay que ser gay, y que ahora esto, y lo decía, no porque la mía sea una oficiana en la que se pueda hablar de todo, más bien al contrario, del tiempo y cuatro temas recurrentes, se omite hablar de política y religión, lo decía porque en este tema de la homosexualidad, aunque no se pronuncian abiertamente, porque es politicamente incorrecto, creen ellas, sí son muy poco abiertas a las nuevas ideas y mucho de sopa de convento.

Por otra parte dan a entender que en realidad son muy abiertas pues tampoco se meten, así en general, con los homosexuales, sobre todo si no les ven, porque cuando sólo sospechan que alguien es homosexual se ríen de él con esa condescendencia del que se cree normal ante el anormal y por ende superior. Se les nota mucho la homofobia, pero no quieren pronunciarse abiertamente, sobre todo por si acaso meten la pata con algún superior.

Digo esto porque en realidad es muy representativa su postura, todo el mundo no tiene nada contra los gays, ni contra los negros, ni contra los emigrantes, todo el mundo dice que eso está superado, que todos vemos estas cosas normales, que ya no es lo mismo que antes, que estamos en el siglo XXI; pero enseguida si profundizas, estamos rodeados de homófobos, racistas y xenófobos; de esa gente que proclama que a él trata igual a un blanco que a un cabrón de negro. O que no les importa que vengan emigrantes, pero sólo cuando todos los de aquí trabajen, o sea, nunca, o que prefieren un hijo ladrón antes que homosexual; y, en este caso que estoy comentando, que lo del día contra la homofobia, es ya un esnobismo intolerable

La suerte en este caso vino sola a mi encuentro, sin tener que discutir ni tener yo que mantener una postura antagonista, en el periódico que estaba leyendo en ese momento, al pasar la página se podía leer esta noticia, la cual le leí, y no hubo que explicar nada: Ser homosexual es delito en 80 países. La pena de muerte está en vigor, al menos, en Arabia Saudí, Yemen, Irán, Chechenia, Mauritania, Sudán, Afganistán y Pakistán. ¡Sí hace falta un Día contra la homofobia! además de otras medidas más importantes claro.