Leo en la prensa que un menor de 7 años acosa a compañeras de colegio. e intimida con un cuchillo. Con motivo de la violación de Sandra Palo, escribí un post sobre la justicia de menores.
Sigue en vigor lo dicho y me gustaría incidir en el asunto pues aunque no lo parezca, la presente ley del Menor causa muchos sufrimientos entre los escolares y padres, ya que no disuade en absoluto. Estamos inermes ante la violencia juvenil, aunque ya hay casos de violencia infantil, inermes porque delitos a veces muy graves cometidos por niños cada día más jóvenes son castigados con penas, no se si decir, leves y además se cumplen en centros con un presupuesto insuficiente que, muchas veces en vez de arreglar el problema lo que acontece es, que, en esos centros se aprenda a delinquir con más maestría, y delitos que alcanzan más sofisticación en la escala de la delincuencia. Siendo en realidad la licenciatura en la Universidad del delito. A veces, como en el caso del asesino de la Katana tienen hasta fans que le escribían al centro donde estaba.
¿ Qué se puede hacer? Nadie lo sabe. Y entonces nos olvidamos, y nos acostumbramos a leer barbaridades, las archivamos en la estantería de la memoria en la que ponemos cosas como las imágenes del hambre de los niños que vemos en los telediarios o, los accidentes de tráfico, engañándonos a nosotros mismos pensando que esas cosas sólo le ocurren a los demás. Después seguimos a lo nuestro, tampoco tenemos muchas posibilidades más.
No se debiera pensar que estos niños no son eso, niños, pero, estos niños son especiales y como a tales habría que tratarles, se debe hacer todo lo posible por reeducarles, pero también habría que dejarles muy claro que el camino que han emprendido tiene consecuencias y que tendrán que demostrar mucho hasta poder estar normalmente en la sociedad, de otra manera prende en las victimas un sentimiento, no sé si legítimo, de venganza, cuando lo que debe prevalecer es la justicia.
Actualmente un niño puede ir cometiendo todo tipo de tropelías hasta los dieciocho años, sin que él vea que le puedan hacer nada, por consiguiente se crece y estar en un Juzgado pare él es pasar un rato agradable, riéndose de todo el mundo, y siendo además como el protagonista de una película.
La actual ley del menor no consigue sus objetivos. La clase política debiera acometer este serio problema haciendo una ley más eficaz y justa, trabajando conjuntamente todos los partidos sin condicionamientos previos, abordando el asunto con valentía y dado que la ley ya lleva unos años, se puede ir aprendiendo de la experiencia dejando las cosas positivas y añadiendo otras que tapen los agujeros carenciales que tiene.
Hablando de Justicia aquí tenemos a estos otros dos angelitos.
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