jueves, mayo 12, 2005

Yo confieso


no fumar puede perjudicar la equidad de los legisladores


Soy un apestado, un candidato a la exterminación, soy fumador, yo me acuso, bueno o, yo lo manifiesto, como se hace en esas pintorescas reuniones de Alcohólicos Anónimos, pues parece ser que ese es el primer paso para volver a entrar en la elite.

He visto además que voy a ser también en breve un candidato al paro, ya asoman, los guardianes de la salud de los otros, se van destapando poco a poco, están muy crecidos, en Valencia se cierran las puertas de un empleo público conminando a los fumadores que se abstengan de pedir plaza, que no son bienvenidos al club de los “saludables por la tolerancia”. Alucinante.

Se seguirá, a la nueva ley contra el tabaco, con la medida de no poder fumar en los coches; que si es un peligro, que si al encender el cigarro no controlas. Hay que salir “fumao” de casa y cuando digo fumao pienso no ya en el tabaco sino en cosas más fuertes porque para oír y ver ciertos razonamientos de los cruzados por la salud y el progreso, cargándose la libertad así de cuajo, mejor estar fuera de la realidad. Oiga si usted quiere humo pues se pasea por al lado de una de esas benefactoras fábricas que echan un humo mucho más legal y productivo, donde vamos a ir a parar, o póngase detrás de alguno de esos maravillosos coches, que sí, echan humos pero que bonitos son y con ellos no nos cansamos, podemos ir al estanco de la esquina a comprar la droga. Por cierto yo ya me estoy haciendo amigos estanqueros pues en breve se convertirán en los narcotabaqueros y yo voy a necesitar un “camello”.

En el trabajo tenemos afortunadamente un gran patio con árboles en el cual sin salir del edificio se podrá fumar y estar al mismo tiempo al aire libre, cuando nos encontramos los apestados para dar rienda suelta a nuestro perverso vicio, charlamos, hacemos nuevos amigos, nos contamos nuestros problemas, ya nos llaman el club de los fumetas sin remedio y nos miran con esa mirada entre compasiva por un lado y de superioridad por otro; mira, se dicen unas que pasaban por allí, pobre gente, no son capaces de quitarse las cadenas, nosotros somos saludables se decía una a otra, 1,60 de estatura 90 kg, una, la otra zapatos de la última, si esos que tienen tanta punta que siempre llegan a los sitios dos minutos antes que la que los lleva, pantalón vaquero de los de 30. 000 pelas, y blusa a juego de Carolina Herrera, 1,75 de estatura 40 Kg de peso; no pude reprimir mi envidia, como me gustaría ser como ellas, que se le va a hacer, resignación.

Por otra parte va a ser divertido, se va a montar el escenario televisivo de gran hermano, ¿ no se han fijado ustedes que en esa casa cuando todo va viento en popa al gran hermano no le gusta y baja la dosis de tabaco? entonces se monta el belén, las audiencias suben y todos ganan, menos los concursantes que llegan hasta los arañazos. Un amigo me dijo, tienes que ver a “ la legionaria” una pasada, la quitaron el tabaco y se subía por las paredes estuvo a punto de irse y dejarnos sin sus divertidas salidas de madre. A lo mejor es verdad que es más divertido el estado de discusión permanente y tenemos que agradecer a la ministra- gran hermana- el sainete ¿ o drama? que nos ha preparado. Y además es progresista.

Creo que cada día estamos un poco mejor oiga, en poco tiempo ya nos vamos a equiparar en tolerancia, cultura y sensatez y buenas maneras a esos cernícalos de la america profunda y poco a poco ya estaremos preparados para estudiar en nuestras escuelas, sin complejos, la creación de la especie humana por Dios, mediante Adán y su costilla; si no vemos el atentado contra la libertad, el autoritarismo y el abuso, en esta medida, estaremos preparados para cualquier barbaridad.

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