Hay una entrevista en el País, hecha por Enric González a Rita Levi-Montalcini, que nació en el 1909, que por su importancia para mí, voy a conservar los párrafos que más me han gustado. Es una mujer que ha pasado todos los problemas por los que debe pasar una mujer de su tiempo,- su padre no la dejaba estudiar, es judía, vivió la guerra muy de cerca- supo superarlos todos, se dedicó a lo que le ha gustado, investigar, y consiguió el premio Nobel de medicina en el 1986. Y sobre todo tiene una gran experiencia de la vida que le dan los años y una gran lucidez. Ha escrito numerosos libros que se centran en la revolució digital y en la necesidad de cambiar la educación.
"Si cambiamos la forma de educar a los niños, es decir, de enfrentarlos con la vida, quizá cambiaremos el mundo. Los métodos educativos tradicionales son absurdos".
Pregunta. ¿Por qué los humanos hablamos, escribimos y nos interesamos por conceptos abstractos como la belleza?
Respuesta. Por un componente neocortical del cerebro que los subprimates también poseen, pero que el humano ha desarrollado. Ese componente es la base de nuestra capacidad cognitiva, muy superior a la del resto de los animales, y nos da acceso a los conocimientos, al bien y el mal, a la cultura; nos relaciona con el pasado, el presente y el futuro... Nos proyectamos hacia el pasado y hacia el futuro gracias a este formidable desarrollo de la miocorteza cognitiva del cerebro. El lóbulo límbico es un elemento de emotividad típico del hombre y de todos los vertebrados, empezando por los mamíferos, pero el hombre es el único que ha desarrollado el componente neocortical. La corteza cerebral del Homo sapiens abre inmensas posibilidades.
P. ¿ Nos que de margen para seguir evolucionando?
R. No desde el punto de vista somático. Sí desde el punto de vista de la informática. Ésta nos da acceso a otro mundo que para nuestros predecesores, hace sólo medio siglo, no existía. A falta de un nuevo desarrollo de la neocorteza, disponemos de los ordenadores.
P. ¿Hay posibilidad de evolución en los insectos, por ejemplo?
R. No. El insecto de hoy es igual al de hace millones de años. El insecto no tiene ninguna posibilidad. Por lo que sabemos, está totalmente determinado, desde el punto de vista del presente y del futuro. No registra ninguna evolución. Los insectos pueden sobrevivir a la humanidad por su constitución, por su capacidad para hacer frente a las circunstancias, pero no pueden cambiar.
P. ¿Por qué somos más inteligentes que hace 50.000 años, pero no somos más buenos?
R. No somos más buenos por el componente límbico cerebral que sigue dominando nuestra vida. Vivimos como en el pasado, como hace 50.000 años, dominados por las pasiones y por impulsos de bajo nivel. No estamos controlados por el componente cognitivo, sino por el componente emotivo, el agresivo en particular. Seguimos siendo animales guiados por la región límbica palocortical, sustancialmente igual en el hombre y en otros animales. Nuestras opciones de mejora moral pasan por las circunvoluciones neocorticales que afortunadamente tenemos.
P. Dice “afortunadamente”. Esa peculiaridad en la corteza del cerebro, ¿es una suerte, una casualidad?
R. Quién sabe. No estamos dirigidos. Como todas las evoluciones, la nuestra ha sido casual, una reacción frente a la necesidad. Esa es nuestra historia. No se ha tratado de un desarrollo dirigido por un ente divino. Nos hemos desarrollado como otros animales; algunos han adquirido ciertas capacidades, nosotros hemos conseguido la neocorteza , y eso nos ha llevado a dominar el planeta y a situarnos por encima de las leyes de causalidad que nos han conducido hasta aquí.
P. Seamos positivos.¿Cuáles han sido las cosas más positivas del pasado siglo?
R. (...)Mire, la conclusión que puede extraerse del siglo XX es que debemos cambiar los mecanismos de instrucción y la relación errónea entre los adultos y los niños. Hasta ahora no hemos movido entre el autoritarismo de tipo victoriano, o sea, haz esto porque tú eres pequeño y yo soy mayor, y el permisivismo, o sea, haz lo que quieras. En mi libro "Tiempo de acción" hablo de la educación cognitiva, que hace del niño un “productor activo” y no un “ consumidor pasivo” de formación. Las personas aprendemos no porque se nos transmita la información, sino porque construimos nuestra versión personal de la información. Si cambiamos la forma de educar a los niños, es decir, de enfrentarlos con la vida, quizá cambiaremos el mundo. Los métodos educativos tradicionales son absurdos. Nuestra única esperanza consiste en actuar desde el principio, porque el niño lo percibe todo ya en el primer año de vida. Debemos dar alas al genio que cada homo sapiens lleva dentro. Si no nos damos cuenta de que ese ser apenas nacido que tenemos ante nosotros percibe todos los mensajes, buenos y malos estamos acabados. Cuando ese niño 20 años puede pensar que es una buena idea matar a quien considere un ser inferior. A mí, por ejemplo, que soy judía.
P. Dentro del debate ético sobre la investigación científica ¿cuáles son los límites? Las únicas posiciones claras, y obviamente restrictivas, parecen ser las cristianas.
R. Yo no soy católica, estoy fuera de cualquier religión. ¿y usted?
P. Soy...
R. Católico supongo. ¿Qué significa ser creyente? ¿ en qué se diferencia usted de mí?
P. No, no soy creyente. Pero pienso que, aunque Dios no exista, debemos hacer como si existiera, porque da miedo pensar que el hombre es la medida de todo. Quizá soy demasiado pesimista.
R. Yo soy agnóstica. Laica y agnóstica. Lo demás no lo tengo en cuenta. Respeto todos los puntos de vista.
P. ¿Puedo definirla como spinozistaa?
R. Cierto. Absolutamente.