Hasta ahora los profesores de religión los escogían los obispos por un año y los pagaba el Estado. Cuando los obispos querían prescindir de un profesor por razones casi siempre peregrinas( casarse por lo civil, divorciarse, etc.) y traspasando la legalidad laboral, los jueces condenaban a indemnizarlos, el encargado de pagar esa indemnización era curiosamente el Estado, esta situación tan anómala va a ser cambiada por el gobierno.
Y aquí es donde empiezan los problemas pues los profesores acusan al gobierno de que “ los deja en manos de los Obispos” situación curiosa, no tienen problemas para que les contraten esos Obispos, no se sabe en base a que criterios, aunque son fácilmente imaginables pero no confían en ellos a la hora de cobrar. Más curiosa es la oposición de los sindicatos que en vez de protestar por la irregular forma de contratar a estos profesores abogan porque el escenario se quede como está.
No se pide por parte de los sindicatos que las contrataciones no sean a dedo y se convoquen unos exámenes, siendo contratados los que tengan más meritos, no, a los sindicatos les parece bien que los Obispos sigan con su derecho de pernada y que la fiesta la pague el gobierno, no se condena por parte de los sindicatos los despidos arbitrariamente antidemocráticos de esos Obispos, protestan tímidamente porque los contratos son de un año.
Estas situaciones aberrantes se dan en la enseñanza de Religión en las que los profesores contratados por la curia quieren tener todos los derechos de los funcionarios públicos, sin pasar por el examen preceptivo.
Una vez más hay que defender el derecho que tiene todo el mundo que lo quiera a tener profesores de Religión, pagados por el Estado si, obligando a los obispos a que respeten la legislación laboral vigente, pero fuera de la Escuela, en las instalaciones que las diferentes confesiones tengan preparadas al efecto. Y nada de alternativas el que quiera hacer religión que la haga y deje a los demás que haga lo que quiera.
"Calzado con zapatones de madera de fresno y suela de piedra. Porta una honda y un catalejo. Ayuda a encontrar los objetos perdidos por la personas buenas, pero no socorre a quienes tengan mala intención, burlándose de estos desde su escondite en la espesura".
viernes, agosto 05, 2005
En manos de los Obispos
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