jueves, agosto 18, 2005

Siempre positivo

El caso del gimnasta Gervasio Deferr no es el único.

¿Por qué no descalificamos los libros de William Burroughs? ¿Y los de Bukowsky? ¿Y los discos de Bob Marley?

A pesar de no ser fumadora y a pesar de lo que me molesta que fumen a mi alrededor (procuro disimularlo para no parecer facha), creo que Gervasio, María Jesús y toda la NBA tienen más razón que un santo. Una cosa es doparse, y la otra, muy distinta, es drogarse. Si a los deportistas se les sanciona cuando se dopan es porque se considera que dopándose tienen una ventaja sobre los rivales. Aumentan los reflejos, la resistencia física y psíquica o la tolerancia al sufrimiento. Pero precisamente los efectos del cannabis no tienen nada que ver con esto. Al contrario. Si hacemos caso de esas campañas tan edificantes del Ministerio de Sanidad y Consumo contra la droga, el cannabis disminuye los reflejos. Altera la percepción de la realidad. Por lo que sé, te da sueño y hasta ganas de fusionarte con el cosmos. Quiero decir que si eres una campeona de boxeo y fumas, lo que quieres es abrazar a tus rivales y darles besos, no noquearles. Por eso -tal y como se podía leer, por ejemplo, en la revista Cáñamo- si se sanciona a los deportistas no es porque se dopen, sino "porque tienen que dar buen ejemplo a la sociedad". [ + ]

Empar Moliner en el País

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